Cuando tenemos relaciones sexuales todos queremos que sean completamente satisfactorias. También es cierto que a veces aunque le pongamos muchas ganas hay cosas que fallan y no nos permiten llegar al orgasmo (sobre todo a ellas). Y no, no es solo un pensamiento, según una investigación de la Universidad de Indiana, las mujeres lo consiguen en un 61,6% y los hobres en un 85,5%.
Si lo que quieres es lograr que ambos lleguéis al clímax, la confianza es la clave. Habla con tu pareja sobre los gustos sexuales y no tengas pudor. Que sepa lo que realmente te gusta para que juntos no tengáis límites. Puede ser unos preliminares, algún accesorio o como te proponemos desde El Confidencial, una nueva postura. ¿De verdad quieres gozar la próxima vez que tengáis sexo? Pon atención a ‘el auriga‘, la posición que os facilitará el orgasmo.
Acuérdate de que las féminas son más emocionales, así que procura que su cabeza esté en sintonía con su cuerpo. La relajacion juega un papel muy importante en todo el asunto, así que ponte las pilas si quieres conseguir algo de verdad. No vayas demasiado rápido. No creas que es llegar y tocar los pechos y la vagina, el precalentamiento es todavía más importante.
¿Cómo se hace?
Cuando te explicamos cualquier postura debes haber practicado primero unos preliminares básicos. No es llegar y colocaros como robots. Asegúrate que después de esos juegos previos su vagina esté suficientemente lubricada porque de lo contrario es posible que le hagas daño. No obstante, no significa que esté lista. Fíjate en su lenguaje no verbal y si no estás seguro pregunta.
Si algo no te está gustando o sientes que se está extralimitando con sus órdenes, para y dilo. Pero, por encima de todo, pásatelo bien
Una vez estéis muy excitados llega la hora de probar la nueva posición. Tú te colocarás de pie detrás y ella se inclinará hacia delante formando un ángulo recto. Sus brazos los pondrá en la espalda y deberás cogerlos como si fuera la biga (el vehículo que iba tirado por caballos). Ahora eres el auriga que debe conducir a la meta de la carrera.
Es una posición que juega a la dominación. Ella está un poco inmóvil porque tú eres quien debe controlar el ritmo de la carrera, pero cuidado, piensa que ella simula al animal que tira de ti y es posible que se rebele. Que seas quien lleva las riendas no significa que ella deba ser sumisa, puede acelerar o pausar el ritmo con sus glúteos. La única regla es que todo sea consentido y placentero.
Controla tu rol
Que nos os avergüence ser dominado, cada día puede serlo uno. En ambos papeles tenéis que sentiros cómodos y saber cuáles son los límites. Si estás ejerciendo de amo, asegúrate de que tu pareja está bien y disfrutando con el juego. Y cuando sea al revés, para y dilo claro si algo no te está gustando o sientes que se está extralimitando con sus órdenes. Pero, por encima de todo, métete en el papel y pásatelo bien.
Esta postura es muy excitante para él por el juego de roles y porque sentirá que su miembro entra más. En cuanto a ellas, también será enormemente satisfactoria, pues el pene impactará de lleno con la pared vaginal, lo que maximizará el placer. No obstante, no está recomendada para todos, pues la eyaculación llegará más pronto que tarde. Si deseáis probarla y teméis acabar demasiado pronto el coito, podéis practicarla casi al final del mismo. Será una buena guinda del pastel.