Los herederos del músico Tatico Henríquez han emitido una advertencia al empresario Chico Mambo, reiterando que solo ellos detentan los derechos exclusivos sobre la valiosa música de la leyenda típica, que son administrados a través de TH Publishing, y con el respaldo de las compañías de administración y distribución musical a nivel global de Luigui Bleand.
Tatico Henríquez, venerado como una leyenda del merengue típico, sigue siendo fuente de inspiración para la nueva generación de músicos. Su legado perdura, influyendo en las carreras de artistas que han encontrado en sus repertorios la esencia de su propio camino artístico.
En cuanto al conflicto con Chico Mambo, Julio García Reynoso, uno de los sucesores legales del autor y compositor dominicano Domingo García, conocido artísticamente como Tatico Henríquez (1943-1976), y propietario de TH Publishing, reveló que la discordia surgió por una licencia exclusiva propuesta por Chico Mambo, quien ofreció un 20% de regalías, mientras Reynoso insistía en un 50%.
Las desigualdades propuestas generaron tensiones, ya que Chico Mambo, según Reynoso, intentaba utilizar los derechos de manera injusta, a pesar de existir un contrato previo entre Banda Real y TH Publishing.
García Reynoso desmiente las alegaciones de Chico Mambo, indicando: «Chico Mambo alega que se han violado los derechos de los músicos, lo cual no es cierto. Yo distribuyo mi música, mi 50%, y no me niego a que los músicos hagan lo mismo».
Luigui Bleand, propietario de una compañía, desempeña un papel clave en la administración de las obras de Julio García Reynoso. Todas las operaciones realizadas por Bleand están debidamente autorizadas por contratos que le otorgan los derechos necesarios para reclamar estas valiosas obras musicales.
A pesar de las disputas, Julio García Reynoso asegura que este conflicto no está afectando el legado de Tatico Henríquez. No obstante, reconoce la importancia de aclarar la situación para lograr un entendimiento mutuo entre los músicos y él mismo, propietario de TH Publishing. Busca establecer una especie de cese al fuego para mantener la integridad y el respeto al legado de Tatico Henríquez y que los músicos pueden utilizar la valiosa música de la leyenda típica como establece el derecho de autor.