El sol peruano se consolida como la moneda más fuerte de la región, superando incluso al real brasileño, que ha perdido casi un 27 % de su valor frente al dólar en lo que va de 2024. En contraste, el sol ha mantenido una notable estabilidad, respaldado por una política monetaria prudente, reservas sólidas y una gestión macroeconómica consistente.
Este desempeño ha llamado la atención de analistas e inversionistas internacionales, que ven en el sol un refugio confiable dentro de un contexto regional marcado por volatilidad y devaluaciones. Perú, a pesar de su inestabilidad política interna, sigue mostrando fortalezas estructurales que le permiten mantener la confianza de los mercados financieros.
En tiempos de incertidumbre cambiaria, el sol brilla con fuerza propia.