Europa enfrenta una de las olas de calor más intensas y peligrosas de los últimos años, con temperaturas que superan los 42 grados Celsius en varias regiones del sur del continente. Expertos meteorológicos han calificado el fenómeno como «excepcional» debido a su intensidad, duración y extensión geográfica.

En Francia, al menos 12 departamentos se encuentran en alerta roja, con máximas superiores a los 40 °C, situación que ha disparado los protocolos de emergencia por riesgo para la salud, especialmente entre personas mayores y niños. Las autoridades sanitarias advierten sobre el aumento de ingresos hospitalarios por golpes de calor y deshidratación.

España vive su segunda semana consecutiva de calor extremo, con temperaturas de hasta 44 °C en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) estima que esta ola se prolongará hasta mediados de semana. La situación se ha agravado por numerosos incendios forestales, que ya han provocado más de 6.000 evacuados y han consumido miles de hectáreas de terreno.

En Portugal, se espera que los termómetros alcancen hasta 43 °C en regiones del interior. Las autoridades han emitido alertas para la población rural, altamente vulnerable por la sequedad del terreno y la posibilidad de nuevos focos de incendio. A la vez, ciudades como Lisboa y Oporto han habilitado centros climatizados para refugio de personas sin hogar.

La ola de calor también ha alcanzado países del centro y norte de Europa. En Italia, el norte vive temperaturas por encima de lo habitual, mientras que Suiza y el Reino Unido han registrado máximas cercanas a los 35 °C, cifras poco comunes en estas latitudes. Se han emitido advertencias sanitarias en varias ciudades europeas, muchas de las cuales no están diseñadas para resistir climas tan extremos.