Esta Navidad, los niños venezolanos recibieron por parte del régimen de Nicolás Maduro dos muñecos muy peculiares que causaron diferentes reacciones en el país. Sus nombres son ‘Superbigote’ y ‘Cilita’ y están inspirados en el mandatario y en su mujer, Cilia Flores. En total se repartieron más de 12 millones de juguetes en varias zonas del país, los cuales también iban acompañados de otros muñecos, según informó la vicepresidenta de Maduro, Delcy Rodríguez.

Sin embargo, estas figuras no son nuevas para los venezolanos ya que desde hace más de un año los superhéroes cuentan con una serie animada que se transmite por Venezolana de Televisión (VTV), la cadena estatal del país. En ella se narran las andanzas del héroe, muy parecido a quien manda en el Palacio de Miraflores, que lucha, junto a su ayudante ‘Cilita’ contra el «imperio estadounidense»

La misión de estos superhéroes es defender los valores del bolivarismo y luchar contra sus enemigos, entre los que destacan el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, y los políticos venezolanos Henry Ramos Allup y Julio Borges, según informó El Nacional.

Rechazo y aceptación a la propaganda

Tras la repartición de los juguetes, varios usuarios en redes sociales mostraron su rechazo a los superhéroes. Para muchos venezolanos la entrega de estos muñecos es una auténtica «falta de respeto a los niños venezolanos». Los consideran una forma de «adoctrinamiento vulgar» cuyos principales superpoderes se basan en «acabar con un país al instante» y «transformar la riqueza y el talento en pobreza y odio», expresan usuarios en Twitter.

Sin embargo, para los partidarios de Maduro la entrega de los juguetes no forma parte de ninguna campaña propagandística. «Para mí fue un gesto humanitario hacia los niños, y hacia la comunidad para que sepan que no todo lo que se dice (de los juguetes) es verdad. Deben saber todo lo que estamos viviendo, lo malo y lo bueno. Esto no es publicidad, para mí, esto no es política. Estoy muy contenta y lo he recibido con orgullo», expresó a la agencia Associated Press Rosa Rodríguez, consejera de recursos hídricos del consejo comunitario de Carayaca.

Por su parte, Belkis Bolívar, del sindicato de maestros, dijo al diario The Huffington Post que la distribución de los juguetes le parece una falta de respeto. «Para mí esos muñecos representan una iniciación a nuestros niños en el culto a la personalidad de Maduro. No puedo estar de acuerdo porque lo que hacen es ideologizar a los niños que tienen la mente fresca, que todavía no saben distinguir lo bueno de lo malo».