Un estudio liderado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras dos instituciones científicas advirtieron que “casi uno de cada tres hombres en todo el mundo está infectado con al menos un tipo de VPH genital y alrededor de uno de cada cinco hombres está infectado con uno o más tipos de VPH”, es decir el 20% de la población masculina, a lo largo y ancho del globo, tiene un tipo de virus del papiloma humano (VPH) de alto riesgo.
La investigación, que fue publicada en la revista científica The Lancet Global Health, analizó la prevalencia de la infección genital por VPH en la población general masculina. Para poder determinar esta cifra, se analizaron 5.685 publicaciones a partir de búsquedas en bases de datos, que incluyeron 65 estudios con 44.769 varones de 35 países.
“Nuestros hallazgos muestran que la prevalencia del VPH es alta en hombres mayores de 15 años y respaldan que los hombres sexualmente activos, independientemente de su edad, son un reservorio importante de infección genital por VPH”, resaltaron los expertos de la OMS, el Instituto Catalán de Oncología (ICO) y el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell).
En diálogo con Infobae, el doctor Horacio Sanguinetti, urólogo del Hospital de Clínicas “José de San Martin” y del Centro Argentino de Urología, además de docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y miembro titular de la Sociedad Argentina de Urología, explicó: “El virus del VPH genera verrugas en el cuerpo humano, las que, cuando están situadas en el cuello del útero o en el pene, pueden terminar en un cáncer o en un tumor maligno”. Precisó que los serotipos más comunes que generan riesgo de derivar en esa enfermedad son el 16 y el 18, aunque “hay otros serotipos, pero que no terminan en un tumor maligno”.
La vacunación contra el VPH se inicia a los 11 años, antes de que las personas inicien su vida sexual
En ese sentido, destacaron que “estas estimaciones enfatizan la importancia de incorporar a los hombres en las estrategias integrales de prevención del VPH para reducir la morbilidad y mortalidad relacionadas con el VPH en los hombres y, en última instancia, lograr la eliminación del cáncer de cuello uterino y otras enfermedades relacionadas con el VPH”, ya que prevalencia global para cualquier VPH es del 31% .
Los expertos que realizaron el estudio afirmaron que “la prevalencia del VPH fue alta en adultos jóvenes, alcanzando un máximo entre los 25 y los 29 años, y se estabilizó o disminuyó ligeramente a partir de entonces”. Incluso, resaltaron que “las estimaciones de prevalencia agrupadas fueron similares para las regiones geográficas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU de Europa y América del Norte, África subsahariana, América Latina y el Caribe, y Australia y Nueva Zelanda (Oceanía)”, mientras que “para Asia oriental y sudoriental fueron la mitad de las demás regiones”.
La OMS advirtió que estas estimaciones muestran que los hombres “albergan con frecuencia infecciones genitales por VPH” e instó a “reducir la incidencia de enfermedades relacionadas con este virus tanto en varones como en mujeres”, ya que estas pueden desarrollar cáncer de cuello uterino, responsable de la muerte de más de 340.000 mujeres al año.
Cuál es la situación en Argentina
Con estos datos sobre la mesa, es importante conocer la situación en el país. “En Argentina, no hay estadísticas serias sobre la incidencia del VPH. Es por eso que asumimos que la situación es la misma que en el resto del mundo”, afirmó Maximiliano López Silva, médico urólogo del Centro Argentino de Urología, en diálogo con Infobae.
“Si no son estos dos potencialmente malignos, la vacunación puede evitar un nuevo contagio. Es importante entender que una vez que el virus entró, queda dentro del cuerpo y por más que uno se vacune, el virus ya está. La vacuna previene contra el contagio, pero no trata el virus una vez contagiado” (REUTERS/Athit Perawongmetha/Archivo)
En ese sentido, Sanguinetti resaltó que “no existen datos actuales como los que publica la OMS puntualmente en Argentina, pero la idea es que con la vacuna la prevalencia de estos serotipos disminuye mucho”. Según destacó, “desde 2011 se estableció la vacunación contra el VPH en el calendario obligatorio con la idea de erradicar este virus. Si toda la población de Argentina se vacuna contra este virus, en algún momento se erradicará y de esta manera evitaremos el riesgo del cáncer que este virus produce”, agregó.
Lo cierto es que las personas están en riesgo desde que empieza su vida sexual, según indicaron ambos expertos. “Cuando una persona comienza a tener relaciones sexuales, está potencialmente expuesta. Me refiero a relaciones sexuales sin cuidados”, dijo Sanguinetti. Mientras López Silva, tras respaldar esta afirmación, destacó: “A mayor número de parejas, mayor es el riesgo”.
“Se estima que los niños todavía no iniciaron relaciones sexuales, es por eso que se destinó la vacunación a aquellos con 11 años. Ahora, en adultos pueden aparecer personas con verrugas genitales y pueden tener este serotipo si no han sido vacunadas”, alertó Sanguinetti. En ese tono, el experto indicó que “habitualmente, cuando tratamos pacientes con verrugas genitales, una opción que les podemos dar es vacunarse en ese momento, ya que no sabemos cuál es el serotipo, porque habitualmente no se estudia”.
En palabras del especialista, “si no son estos dos potencialmente malignos, la vacunación puede evitar un nuevo contagio. Es importante entender que una vez que el virus entró, queda dentro del cuerpo y por más que uno se vacune, el virus ya está. La vacuna previene contra el contagio, pero no trata el virus una vez contagiado”.
Las cifras de uso de condón han variado en los últimos años. En 2020, el 3% de los adolescentes y el 10% de los jóvenes lo usaban consistentemente, mientras que en 2021 estas cifras aumentaron al 5% y 13% respectivamente
En tanto, López Silva agregó: “El signo (no es sintoma) es la aparición de verrugas genitales, para prevenir la enfermedad es necesario el uso de preservativo”. Mientras que al hablar sobre la vacunación, señaló: “Existen 2 tipos en Argentina: bivalente (2 serotipos) y cuadrivalente (4 serotipos). Esta última es la más adecuada y lo ideal es la aplicación según calendario de vacunación, antes del inicio de actividad sexual. Pero es útil igualmente luego del inicio”
Por último, Sanguinetti explicó: “Es importante advertir que el paciente, mientras tiene las verrugas, puede contagiar. Una vez que se erradican no contagia, pero se mantiene el virus y ante alguna disminución de la inmunidad, que incluso puede ser una gripe, pueden aparecer lesiones. Por ende, es importante que, una vez que se tratan y se erradican las verrugas, sigan controles (aunque sea autocontroles) para evitar la expansión del virus”. Mientras, que al hablar sobre las mujeres, el experto indicó que “es más difícil su detección porque no son visibles, obviamente, las lesiones que se encuentran en el cuello del útero. Para ello tienen que hacerse los estudios de control fundamentales que realizan los ginecólogos. Es decir, el papanicolau y la colposcopia, donde se puede ver toda las patologías del cuello del útero”.
Un estudio publicado en 2022 por AHF Argentina, una organización líder mundial en atención médica para VIH y sida, reveló una tendencia preocupante: en 2021, solo el 5% de los adolescentes y el 13% de los jóvenes declararon usar siempre preservativos. El preservativo es esencial para prevenir no solo el embarazo, sino también infecciones de transmisión sexual (ITS) como VIH, VPH, clamidia, hepatitis, gonorrea y sífilis. Estas ITS se transmiten mediante fluidos corporales y son causadas por virus, bacterias y parásitos.
«Es importante entender que una vez que el virus entró, queda dentro del cuerpo y por más que uno se vacune, el virus ya está», dijo uno de los especialistas (REUTERS/Athit Perawongmetha/Archivo)
Las cifras de uso de condón han variado en los últimos años. En 2020, el 3% de los adolescentes y el 10% de los jóvenes lo usaban consistentemente, mientras que en 2021 estas cifras aumentaron al 5% y 13% respectivamente. Se especula que esta variación se debe a las restricciones de la pandemia de COVID-19, que dificultaron el acceso a preservativos gratuitos. Las razones que dieron los encuestados para un mayor uso de conservantes incluyen tenerlos a mano y que resultaron más asequibles.
El estudio abarcó a 6.814 personas, de las que 1.319 eran adolescentes de entre 15 y 19 años y 5.495 jóvenes de entre 20 y 29 años.