Luis Almagro, secretario general saliente de la Organización de Estados Americanos (OEA), lanzó una fuerte advertencia sobre las consecuencias económicas que podría acarrear una ruptura de los lazos comerciales entre América Latina y China. Durante un reciente pronunciamiento, Almagro calificó como “catastrófico” cualquier intento de aislar a la región del gigante asiático, dada la profunda interdependencia comercial que se ha consolidado en las últimas décadas.
China se ha convertido en uno de los principales socios económicos de América Latina, siendo fuente clave de inversión, tecnología e intercambio de materias primas. Países como Brasil, Argentina, Chile, Perú y México mantienen relaciones comerciales estratégicas con Pekín que incluyen desde exportaciones agrícolas y minerales hasta cooperación en infraestructura y energía.
Almagro destacó que cortar ese vínculo no solo afectaría directamente a las economías nacionales, sino que también pondría en riesgo millones de empleos, estabilidad financiera y el desarrollo de proyectos fundamentales en sectores como transporte, salud, telecomunicaciones y educación.
El dirigente regional también llamó a los gobiernos latinoamericanos a mantener una política exterior pragmática y abierta al diálogo, sin caer en presiones geopolíticas que puedan comprometer la soberanía económica y el bienestar de sus ciudadanos. En su mensaje final, instó a priorizar los intereses de los pueblos de la región sobre conflictos de poder internacionales.